La Batalla de Chacabuco fue una decisiva contienda de la Independencia de Chile en la cual combatieron el Ejército de los Andes y el Ejército Realista, resultando en un firme triunfo para el bando independentista. Tuvo lugar el 12 de febrero de 1817, en la Hacienda de Chacabuco, a 55 km al norte de la ciudad de Santiago (contados desde el centro de la antigua pequeña ciudad).
Al cabo de dos años después del Desastre de Rancagua de una actividad enorme y de sacrificios indecibles, siempre bajo la atenta orientación de O’Higgins y San Martín, el Ejército de Los Andes estuvo listo para operar en los primeros días de 1817.
El objetivo de este ejército era acabar con la dominación española y la reinstauración del gobierno independentista en Chile. Contó inicialmente con 4.000 soldados, 1.200 milicianos de tropa de auxilio para conducción de víveres y municiones y 21 piezas de artillería.
Terminada la organización del Ejército y resuelta la travesía de Los Andes, habría de ceñirse ésta al siguiente plan: el grueso (divisiones O’Higgins y Soler) cruzaría el macizo andino por Los Patos, para caer sobre Putaendo; la división Las Heras lo haría por Uspallata, a fin de desembocar en Santa Rosa de Los Andes. Otra fracción, a las órdenes del Teniente Coronel D., Ramón Freire, penetraría por el boquete de Planchón, con 80 infantes, 25 granaderos a caballo y una columna de tropas regulares de emigrados chilenos. Su misión consistía en ratardar o impedir el retiro de las fuerzas realistas (unos 1.400 hombres), distribuidas entre Curicó y San Fernando, que Marcó del Pont había destacado allí para combatir a los guerrilleros patriotas. El plan contemplaba, por último, el envío de fracciones menores por el Portillo, Coquimbo y Copiapó.
Después de reunirse las fuerzas de Las Heras, de O’Higgins y de Soler en el Campamento de Curimón, el 8 de febrero y, ante las noticias del avance del jefe realista, Coronel Rafael Maroto, hacia las casas de Chacabuco, San Martín ordenó el avance patriota a las 02:00 horas del día 12, encabezado por la I División de Soler.
Eran ya pasadas las 2 de la tarde, y la victoria había coronado los esfuerzos de las tropas de la Patria. De los 1.400 hombres del Ejército realista, 500 quedaron tendidos sin vida en el campo de batalla y 600, prisioneros de los patriotas. Alcanzaron 130 a dirigirse a Santiago, y 170 se dispersaron por los cerros. Los nacionales tuvieron un oficial muerto, 10 heridos, 10 soldados muertos y 89 heridos.
0 comentarios:
Publicar un comentario